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empezó a llamar por pantalla.
Trask no conocía al hombre cuya imagen vio, pero Hugh Rathmore sí; el
secretario de confianza del duque Jons.
- Príncipe Trask; debo hablar con usted lo antes posible - comenzó casi
balbuceando. Cualquiera que fuese la urgencia de su misión, uno habría pensado
que un viaje de tres mil horas debió calmarle en parte -. Es de la máxima
importancia.
- Me está hablando. Esta pantalla resulta razonablemente segura. Y si es de
máxima importancia, cuanto antes me lo diga...
- Príncipe Trask, tiene que venir a Gram, con todos los hombres y navíos que
pueda reunir. Satán solo sabe lo que está ocurriendo allí ahora, pero hace tres mil
horas, cuando el duque me envió, Omfray de Glaspyth aterrizaba en Wardshaven.
Lleva una flota de ocho naves, que le ha proporcionado el pariente de su esposa,
rey de Hauteclere. Las manda el vikingo espacial primo del rey Konrad, príncipe
de Xochitl.
Entonces una expresión de conmocionada sorpresa apareció en el rostro del
hombre de la pantalla y Trask se preguntó por qué, hasta que se dio cuenta de
que él mismo se había arrellanado en su silla y estaba carcajeándose. Antes de
poder presentar sus excusas, el hombre de la pantalla había vuelto a recuperar su
voz.
- Sé muy bien, príncipe Trask, que usted no tiene motivos para pensar del rey
Angus... el antiguo rey Angus, o quizás el último o finado rey Angus cosa que
supongo será ahora... sino como a un asesino sanguinario igual que Omfray de
Glaspyth...
Costó algún tiempo explicar al secretario de confianza del duque de Bigglersport la
gracia de la situación.
Habían otros en Rivington a quien ello no fue evidente de inmediato. Los vikingos
espaciales provisionales, como Valkanhayn v Ravallo y Alvyn Karffard, se
mostraron disgustados. Habían estado sentados, alertas para el combate, todos
esos meses y, lo único que podían saber es que se pudo haber ido a Xochil y
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dejarlo limpio bastante tiempo atrás. La expedición a Gram era ultrajante. En
especial para los que lo consideraban con frialdad. Angus de Wardshaven había
sido bastante malo, can el atavismo hereditario del barón loco de Blakly y con la
reina Evita y su familia rapaz, pero incluso esto era preferible a un villano
asesino... algunos le llamaban una fiera de forma humana... como Omfray de
Glaspytli.
Ambas partes, claro, se mostraban positivas en indicar cuál era su deber como
príncipe. Los primeros insistían en que todo en Tanith debía lanzarse al
hiperespacio y marchar de inmediato a Xochitl, para despojarlo de todo excepto de
lo absurdamente inmovible como son los rasgos peculiares del planeta.
Los últimos clamaban, de igual manera fuerte y apasionada, que cada cual en
Tanith que pudiese apretar un gatillo debería embarcar de inmediato en una
cruzada por la liberación de Gram.
- Tú no quieres hacer ninguna de las dos cosas, ¿verdad? - le preguntó
Harkaman, cuando estuvieron a solas después del segundo día de discusiones.
- ¡ No! Esos que quieren atacar a Xochitl no se imaginan lo que tú y yo sabemos,
¿qué ocurriría si lo hiciésemos? - Harkaman guardó silencio, esperando que
prosiguiera -. Dentro de un año, cuatro o cinco de estos pequeños propietarios de
planetas como los Gratham y Everrards se combinarían en contra nuestra y harían
de Tanith un montón de escombros.
Harkaman asintió.
Puesto que le avisamos la primera vez, Viktor ha mantenido sus naves lejos de
nuestros planetas. Si ahora atacásemos Xochitl, sin provocación, nadie sabría lo
que esperar de nosotros. Las gentes como Nikky Gratham y Tobbin de Nergal y
los Everrards de Hoth se pondrían nerviosos ante peligros imprescindibles y
cuando ellos se ponen nerviosos son rápidos en dispararse - fumó despacio de su
pipa y luego añadió -: Entonces volverás a Gram.
- No hay que sacar esa consecuencia; sólo porque Valkanhayn y Ravallo y todo
ese grupo se equivoquen no quiere decir que Valpry y Rathmore y Ffayle tengan
razón. Ya oíste lo que dije a esa mismísima gente en Karvall Honse, el día que te
conocí. Ya has visto lo que ha pasado en Gram desde que salimos de allí. Otto,
los Mundos de la Espada están acabados; ahora están a medio descivilizar. La
civilización vive y crece aquí en Tanith. Yo quiero quedarme y ayudar a su
crecimiento.
- Mira, Lucas - contestó Harkaman -. Eres príncipe de Tanith y yo sólo el almirante.
Pero te digo, tendrán que hacer algo, o todo este escenario tuyo se desmoronará.
Tal y como están las cosas, puedes atacar Xochitl y el grupo de partidarios de la
vuelta a Gram te seguirán la corriente, o puedes decidirte por esta cruzada contra
Omfray de Glaspyth y los partidarios de atacar a Xochitl ahora se conformarán
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también. Pero si dejas que esto pase sin decisión mucho más tiempo, perderás
toda influencia sobre cada uno de los bandos.
- Y entonces estaré acabado yo. Y al cabo de pocos años Tanith estará acabado -
se levantó y paseó por la habitación -. Bueno, no quiero atacar a Xochitl; te dije
por qué y tú asentiste. Y no quiero enviar a los hombres, naves y riqueza de Tanith
en una escaramuza dinástica de los Mundos de la Espada. Gran Satán, Otto;
estuviste en la guerra de Durendal. Esto es lo mismo y seguirá así durante otro
medio siglo.
-¿Entonces qué harás?
- Vine en busca de Andray Dunnan, ¿no? - pregunto.
- Me temo que Ravallo y Valpry, e incluso Valkahayn y Morland, no estén
interesados en Dunnan como tú lo estás.
- Entonces les interesaré. Recuerda, leí acerca de Hitler viniendo de Marduk. Les
contaré una gran mentira. Tan gran mentira que nadie se atreverá a no creerla.
VIII
-¿Creéis que yo tengo miedo a Viktor de Xochitl? preguntó -. Media docena de
navíos; podríamos formar un nuevo cinturón de Van Alíen alrededor de Tanith con
ellos, con lo que tenemos aquí. Nuestro verdadero enemigo está en Marduk, no en
Xochití; se llama Zaspar Makann. Zaspar Makann y Andray Dunnan, el hombre al
que vine buscando desde Gram; forman una alianza y creo que Dunnan se
encuentra ahora mismo y en persona en Marduk.
La delegación que había venido de Gram en el yate del duque de Bigglerport no
se mostró impresionada. Marduk era sólo mi nombre para ellos, uno de los
planetas civilizados de la Antigua Federación que ningún miembro de los Mundos
de la Espada había visto. Zaspar Makann ni siquiera eso. Puesto que tantas cosas
habían sucedido en Gram desde la muerte de Elaine Karvall y el robo del
Enterprise que ellos se habían olvidado por completo de Andray Dunnan. Eso les
colocaba en desventaja.
Toda la gente a quien trataban de convencer, los cincuenta miembros de la nueva
nobleza de Tanith, hablaba un lenguaje que no entendían. Ni siquiera entendían la
proposición y no podían discutir en su contra.
Paytrik Morlaud, que había nacido en Gram y había hablado de regreso durante
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